...es el principio y el fin.

sábado, octubre 29, 2005

A lomos de un aviario

Al norte de mi casa, pero no lo suficiente para él, que quiere ir más allá y decorar de verde la estepa de Castilla, suenan whistles y gaitas a ratos, en La mayor manera de volar, como si fuésemos pájaros en un aviario.
La melodía es:

"¿Dónde estan las ilusiones de hace años, los amores que nos hicieron tantos daños, los amigos simpaticos y los huraños, donde estan los días extraños, las peleas por amores mercenarios, los sentimientos que no vienen en diccionarios, los celos lapidarios, las noches de violines stradivarius, dónde están nuestros queridos seres extraordinarios, dónde quedaron los éxitos y fracasos en escenarios, dónde estan los besos imaginarios, las noticias que olvidaron los diarios, dónde están las lágrimas en rosarios? ¿Dónde están? ¿Vale la pena buscarlos o encontrarlos?"
- Mi primo el Gaitas, norte del sur de su casa, final de Octubre del 2005.

jueves, octubre 27, 2005

Lo viejo con lo nuevo

Dudo. Comparo las dos cosas, pero dudo. Lo nuevo aparece brillante, excitante, emocionante, y por definición, obviamente, nuevo. Lo antiguo se ha gastado un poquito y roto un par de veces, pero cuesta desprenderse de aquello que ha acompañado al Caminante tanto tiempo. Lo nuevo es la aventura y lo desconocido, contornos perfectos, un paso más allá, y hojas en blanco. Lo antiguo tiene huecos que ya conozco, en los que puedo quedarme a dormir cuando me siento sin ropa, se me ha incrustado en la piel y no podría arrancarlo sin romper los tejidos a los que está amarrado.

Dudo. Lo nuevo es rápido, he de decidirlo ahora, ya, no hay tiempo, me insta, me insiste. Lo antiguo, como siempre, va más despacio, mucho, a lo mejor demasiado. Lo antiguo me conoce y sabemos manejarnos, estámos cómodos el uno con el otro, la dinámica cada día es mejor, y sigo encontrando detalles que me siguen encantando. Lo nuevo ni afirma ni niega... pero seduce.

Y ella, que es maravillosa y ya no vive al Otro Lado del Mar, piensa cosas extrañas sin saber que hablo de cambiar o no de móvil...

;)

viernes, octubre 21, 2005

¿Dónde estás?


¿Dónde estás? El mar, más triste que en la tele se quedó lejos, y se arrastran las horas, secas y lentas como conchas tras la marea. Las calles que anidan junto a mi portal se convierten en laberintos que arremolinan el tiempo y el espacio cuando eres tú quien las desenreda paseando a mi lado. Vuelvo a tener prisa cinco minutos antes de la hora en que hubiésemos quedado, pensando que de nuevo, y esta vez, puede que no nos quede otro mañana.

¿Dónde estás? El insomnio, viejo y maloliente compañero de batalla, pasa de visita de vez en cuando, preguntando por mí y por mi nombre, y ensanchando un hueco pequeñito arrugándome las sábanas. Se vuelve cómplice cada rincón de una ciudad que por monótona creímos olvidada, y que deviene completamente nueva través de ojos que, por la distancia nunca acababan de ser los míos. Parece que ayer fue hace mil veces, y que todo es ahora, y aquí y siempre, y nunca, que todo comenzó el minuto anterior, que nunca llegará el siguiente.

¿Dónde estás? Ahora que podemos volar sin frenos ni aeropuertos, y ningún autobús me hace retrasarme, no logro comprender por qué cada minuto me sigue mordiendo como el plomo, aplastándome los nervios, la calma, el mundo y la ansiedad. A la misma distancia que un dedo que roza está de una estrella, te dibujo de memoria desde el instante en que el vidrio de tu puerta me roba tu sonrisa, hasta aquellos cinco minutos antes de que hubiésemos quedado. Hoy, amor, como siempre. Y me sorprendo, tramposo, a mí mismo dibujándote de memoria y haciéndome preguntas.

Dime, ¿dónde estás?

martes, octubre 18, 2005

Prisionera de Cartago

Princesa prisionera de Cartago,
la primera en soñar, y en ser la dueña
del campo de batalla del que sueña
con despegar sin alas siendo Mago.

Princesa de la torre imaginaria,
guardiana de la costa del ensueño
de mis sueños enanos de pequeño,
Madrastra de mi isla Barataria.

Mi musa sabiniana, con un broche
de mangas, de viajes y de estrellas,
Candela, Sirena, Dama del Lago.

Se duerme en un Zaguán cuando la noche
le indulta sus mil mundos a la Bella
Princesa prisionera de Cartago.

Valladolid, octubre del 2005 y de noche, chapoteando.

lunes, octubre 17, 2005

Nube negra

Cuando busco el verano en un sueño vacío,
cuando te quema el frío si me coges la mano,
cuando la luz cansada tiene sombras de ayer,
cuando el amanecer es otra noche helada,

cuando juego mi muerte al verso que no escribo,
cuando sólo recibo noticias de la muerte,
cuando corta la espada de lo que ya no existe,
cuando deshojo el triste racimo de la nada,

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los apagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Cuando siento piedad por sentir lo que siento,
cuando no sopla el viento en ninguna ciudad,
cuando ya no se ama ni lo que se celebra,
cuando la nube negra se acomoda en mi cama,

cuando despierto y voto por el miedo de hoy,
cuando soy lo que soy en un espejo roto,
cuando cierro la casa porque me siento herido,
cuando es tiempo perdido preguntarme qué pasa,

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los apagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Nube negra aparece en el disco Alivio de Luto. ¿De quién? De Sabina, coño.

Sin noticias de Eloísa

Mientras Abelardo y Eloísa, con los besos decomisados por la Benemérita vuelven a casa, parece que la rueda del mundo va lubricando motores. Diego pone coquetona la Kokucueva en el Trastero, con un elegante póster del Taikai de Alaska mientras practica Pilates en soledad. En Chemalia se atemperan las hambrunas en extraños bufets, pero son destruídos por Malignos Computadores de Otro Mundo. En el País Mu retienen el tráfico de tapas y somos raptados por integristas frikis.

Tasconia, anexionando territorios sin perilla junto al mar, prosigue su risueña escalada barriguera. En oscuras catacumbas llenas de alambiques, monstruos no-muertos y tupperwares para llevarnos lo que sobra, su Señoría Suprema de Sumeria prosigue en su sensual escalada de orgías de músculo, postres y destrucción metrosexualmente calculada.

En el País Al Otro Lado del Mar, la marejada se calma y parece que al fin desembarcamos. Por si acaso, llevamos armaduras, armas de asalto y la merienda. Hay curasanes con panceta, regados con cocacola, de esa que llaman light, la de los gordos.

Hace menos frío del esperado, amaina la lluvia y nos llega una postal de Abelardo y Eloísa.

Sí, parece que este va a ser un buen año.

jueves, octubre 13, 2005

Un blues en la escalera

Con la lluvia haciendo malabares en los cristales, se declara abierta la temporada del frío. Aquí, como en Zimbabwe, sólo hay dos estaciones, una en la que damos gracias a los dioses con fiestas, terrazas y bikines, y otra que es como esas canciones de Perales y Serrat, repitiendo muchas veces que hay algo gris, que es por la tarde y que nosequé autobús se va de la estación de nosedonde, pero en Valladolid las Penélopes llevan zapatos de tacón, de color rosa y la raya del pelo a la altura de las sienes.

Sigo pensando en mudarme, de piel, de nombre y de planeta, a veces lo veo delante de mí, y otras veces creo que no sucederá nunca. La montaña rusa da bonos gratuítos a los magos que han sido buenos y han hecho cola bajo la lluvia para poder montarse.

Pero se hace tarde, y apago a Serrat en dueto con Perales, y pongo un blues.

De lo que pasa en mi escalera.

miércoles, octubre 05, 2005

Cronos a cero


El compás se clava pinchando suavemente en el nuevo folio en blanco, abre las patas, posa la punta de la mina en un punto al azar y al azahar de la hoja, empezando a mancharlo. La hoja que era blanca ayer, empieza a emborronarse ahora, de nuevo, como siempre, como nunca. Las horas lentas abandonan la marcha atrás y con el pistoletazo los lienzos se manchan de nuevo.

Iluso el que pensó, con el pincel de siempre, hacer el cuadro que nunca había hecho, y acabó haciendo el de siempre. A menudo, repetir las cosas erróneas es volver a equivocarse. Otros ratos, las dianas ocupan el lugar donde cayeron flechas muertas. Pero en ocasiones, los arcos rotos no vuelven a funcionar sobre los campos de batalla en que vivieron.

Las días empiezan a empezar, y pronto tendrán que hacerlo incluso en el Parnaso, donde venden algodones para vivir y a nadie la salen heridas, mientras podamos esquivar al mundo, que va siempre con prisa. Se nos olvida a veces que esquivar para siempre no termina los ataques, le dijo el sensei a la cigarra, y que, cansados y sin resuello, llegará un momento en que asfixiados, no podamos posar el compás sobre el lienzo de papel.

Pero, claro, ¿cuándo no nos ha pasado eso?

(congelar imagen, fundido en negro - Insertar banda sonora, superponer [ Mississippi ], de [ Bob Dylan ] - Editar)