Se trata de no dejarse menear por el viento, la marea, y girar los timones cuando se tuercen porque el agua, que ni responde ni tiene dueño, decide tocar las narices, y salir contracorriente. Por eso, disfrazados de ladrones, salimos a robarle la cartera al tiempo, para que pierda nuestra dirección y no venga de visita. Así, de peso (que ya es hora) guardamos en una urna de cristal (rompase en caso de natalgia) algún momento, que ya hace mucho que no archivamos ninguna cosa.
Y fijense, cosa curiosa, que cuando uno creía acostumbrarse a la presencia de Vacas Sagradas, Avatares de los Oscuros Dioses, Princesas de Papel, Trozos de Torimaki, Quejicas Fresas, Tunovios, Cantantes Melódicos y demás fauna pajarera y vestida de negro, llega el carnaval, y rizamos el rizo otro poco, aunque se apalanquen los culetes en lo de siempre, que, riediela, resulta que con gentes como esta, lo de siempre es como nunca.
Y hoy es domingo, y mientras Frésar se queja en su blog (que hoy tocaba), desprecintamos una baraja nueva, y haciendo trampa (no podía ser de otra manera) hacemos que la carta adivinada sea, abracadabra, el as de picas.
¡Vence siempre!
¿Qué carta era la vuestra?
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El Comité de Festejos les recuerda la cena del Viernes 3, no falten, las más distinguidas personalidades ya poseen su localidad.