...es el principio y el fin.

sábado, mayo 26, 2007

La Guía

La empleé para hacer señales a una vaca sensual que me correspondió con similar gesto, la empleé para sentarme en el suelo y no mancharme mientras esperaba, como arma de asalto en el culito de una musa, como arma defensiva ante el ataque de un kohai enardecido, para protegerme de la suciedad de una cochambrosa silla de bar cutre y barato, para limpiarme las gotas de los néctares que me cayeron, como mampara para perpetrar actos oscuros con un hielo, para taparme el rostro al estilo de los tuaregs de Arabia-9, para ofrecerselo a una dama que la necesitaba con más urgencia que yo, como bufanda, como hakama, como capa, y, cuando regresaba, para limpiarle el casco al pobre Anakin.

Pero veamos lo que dice la Guía del Autoestopista Galáctico sobre las toallas:


Dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.

lunes, mayo 21, 2007

¿Quién cojones es Verónica?

Pasó anoche.

Había varios cientos de personas viéndonos tocar aplaudiendo y corenado versiones y nuestras propias canciones. Es la primera vez en mi vida que me asalta el concepto sinergia. Vero, con la voz maravillosa como siempre subía y bajaba, preciosa como siempre, por las escalas como quería, como siempre. Me dejó, como nunca, hacerle coros y cantarle los bajos, poniendo los graves a las canciones de la Cabra Mecánica y haciendo la voz masculina en los boleros.

Paseandome entre versos y estrofas y entre los demás miembros del grupo, Pablo era capaz, y esto es verídico, de fumar un porro mientras punteaba, como quien no quiere la cosa, los más desenfrenados solos del rock latino. Pablo mide casi metro noventa, es delgado y toca en pantalón de chandal con una cinta en el pelo. Lleva coleta y tiene el pelo rizado.

Saúl, que es amigo de Pablo desde siempre tocaba el teclado. Virginia la armónica (Vir se parece escandalosamente a Amaral, pero odia que se lo digan) y ese intrumento raro que sólo ella sabe cómo se toca. No se cree todavía que sólo llevemos cuatro semanas tocando juntos, y lo comentamos sonriendo subidos al escenario en uno de los solos de Pablo.

Después del concierto, agotados y felices, Pablo, Saúl y yo comentabamos lo bien que nos encontrábamos todos juntos. Vero llegó y me llamó.

Nos fuimos juntos.

Al rato, estabamos todos en la furgoneta (es de color metálico, como las de las películas de los años 50) y tocamos un rato más, pero sólo para nosotros. Canté una que acababa de componer, y a lo mejor Pablo le hace unos arreglos.

Virginia discutió con Saúl por lo de siempre.

Imagino que el hecho de que yo cantase sin desafinar en ningún momento me lo tendría que haber dejado claro antes: era un sueño.

Pero que sueño.

jueves, mayo 17, 2007

Sólo porque es maravillosa.

Veremos lo que tarda Ella en rebotarla lógicamente.

EROS Y CIVILIZACIÓN
(de
Javier Krahe, clá)
___________________________

Aunque he sentido al verte
un cataclismo,
ya no puedo quererte,
nada es lo mismo.
Desde que te casaste
me pongo ungüento,
bueno para el desgaste
de mi tormento.
Los dos sabemos bien,
muy bien los dos,
que ya no viene a cuen-
to, así que adiós.

Dices que malcasada,
que malherida,
eso no cambia nada,
fruta prohibida,
y no sigas charlando
que igual me enredas,
no digo yo que cuando quieras
no puedas.
Aún tienes gran poder
a día de hoy,
pero no puede ser
y ya me voy.

Que igual vas y sonríes
y tengo prisa,
puede que me líes
con tu sonrisa,
igual vas y me tocas
a tu manera,
sabiendo que provocas
en mí flojera.
Flojera y un temblor
bajo la piel,
se buena mi ex amor,
no seas cruel.

Que igual vas y me besas
como tú sabes,
con lengua y con promesas
la mar de graves,
o igual vas y me abrazas
con tanto brío
que no te desenlazas
cariño mío,
y ya no pienso más
\emph{ergo non sum},
y al suelo vamos, zas,
y catapún.

Aquí sobre la acera
rindo homenaje
al sol por Antequera
y en plan salvaje.
Igual vas y me follas
como prefiero
y me sacas ampollas
y algún ``te quiero''.
Y sale uno del bar
con su elixir,
que tiene que soltar
para aplaudir.

Y le siguen los pasos
los de otros bares.
Se rompen muchos vasos,
cientos, millares.
Se llena de cristales
todas las calle,
se cortan los chavales,
se inunda el valle,
se inunda la nación,
el porvenir,
la civilización,
el buen vivir.

Y los americanos
mandan aviones,
contra los mejicanos,
tiene cojones,
porque creen que España
está ahí abajo.
Y luego les extraña
su mal trabajo.
Sería el caos y la
guerra mundial
y a mí eso no me va,
o me va mal.

Deja esa mano quiera,
chica sonriente,
¡no ves que está el planeta
de ti pendiente?
No me acerques la boca,
no te me abraces,
quita, insensata, loca,
¿qué es lo que haces?
el fin del mundo ya,
ya está al caer
y lo mismo nos da
y es un placer.

Se llena de cristales
toda las calle,
se cortan los chavales,
se inunda el valle,
se inunda la nación,
el porvenir,
la civilización,
el buen vivir,
y los americanos
mandan aviones,
contra los andorranos,
con dos cojones.

Y lo mismo nos da,
y es un placer.
El fin del mundo ya,
el fin del mundo ya,
el fin del mundo ya,
y lo mismo nos da,
¡caray, mujer!

miércoles, mayo 16, 2007

Esfínteres, fresas y una musa

Hoy apenas he dormido, prisionero de un sueño precioso y extraño, que era confuso a la par que escandalosamente tangible.

Me tuve que levantar tarde y saqué de paseo a un niño moreno de rizos que corre, y salta, y se mea en la calle. Loki, el perro anarco-sindicalista. Luego hemos comido en casa de La Señora de los Gritos, que esta semana está vacía en los medios días. Siesta, estudiar levemente y al gimnasio.

Al salir, dudé si ir a ver a House o que le dieran (o diesen) por el culo. Así que lamentandolo por el esfínter de Gregory, me dirigí a La Curva a tomar una cerveza.

En lugar de ello, tomé dos batidos de fresa con sirope de chocolate.

Recién exprimido.

Y ya lo dice Tarkel: yeah.

miércoles, mayo 09, 2007

¿Dónde está mi bicodina?

Ha sido un día divertido y definitivamente muy feliz. Cuando vagueo con conocimiento de causa y habiendolo decidido antes, no me siento como un gusano al final del día. Me he levantado tarde y he desayunado fuerte. Me he partido de la risa, como anoche, cuando he tenido que ponerme ropa y me encontré con que no podía doblar la rodilla por un golpe en el músculo que me di ayer. Es gracioso porque se me pasará en un par de días, pero no he podido evitar partirme de la risa pensando en el doctor House cuando hacía mis recados de hoy.

No he podido evitar advertir la mirada algo apenada de la dependienta de la tintorería (he llevado una americana blanca de lino, que el sábado tenemos boda) cuando me ha visto entrar cojeando. Ha pensado, la pobre, que qué pena de chico, tan guapo y ya cojito.

Similar experiencia yendo a mi habitual tienda de tebeos a comprarme uno de Usagi Yojimbo (un conejo samurái, leanlo) y he bajado toda la calle de López Gómez con la
pata coja.

Me he saltado las pesas como hacía el amigo Gregory, me han llegado mensajes inesperados de personas inesperadas, ha salido el sol de manera estupenda, he leído a Usagi en una plaza en plena tarde, he sonreído todo el día y el mundo hoy ha ido despacito y solo.

Y sin bicodina.

martes, mayo 08, 2007

Ausencia quiere decir olvido

Pues eso, que no lo había contado. El viernes fui a un concierto de boleros, cantados por Moncho, en el Café España, con mi señora madre.

Después discutí con un amigo al que cada vez aguantamos menos, le di la razón a una chica con los ojos azules (otra vez), me reí con el hermano de un amigo y besé a un Kender.

Luego me rompieron un diente.

Volviendo a los boleros, hace mucho tiempo que no ponemos canciones en este blog.

¿Muestras? Un botón.



Ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas, decir jamás,
las aves pueden volver al nido,
pero las almas que se han querido
cuando se alejan no vuelven más.

¿No te lo dice la luz que expira?
¡ Sombra es la ausencia, desolación!...
Si tantos sueños fueron mentira,
¿Por qué se queja cuando suspira
tan hondamente mi corazón.?

¡ Nuestro destino fué despiadado.!
¿Quién al destino puede vencer?
La ausencia quiere decir nublado...
¡ No hay peor infierno que haberse amado
para ya nunca volverse a ver.!

¡ Que lejos se hallan tu alma y la mía.!
La ausencia quiere decir capuz;
La ausencia es noche, noche sombría;
¿ En que ofendimos al cielo un día
que así nos niega su tibia luz?

Nuestras dos almas, paloma y nido,
calor y arrullo no vuelven más
A la ventura del bien perdido...
¡ La ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas... decir jamás.!