...es el principio y el fin.

domingo, enero 04, 2009

Mil cortes contra el aire (y mil veces mil sonrisas)

Ayer, ayer, sábado tres.

Para situarnos.

Era uno de esos días en los que uno se viste de negro y se va al campo (¡qué rico sabe todo en el campo!) a hacer mil veces shomen. Mil cortes al aire.

Un entrenamiento de esos.

¿Mil cortes? Parecen muchos, pero todo el mundo los completa. Nuestro espíritu (ya lo hemos visto otras veces) es mucho más resistente que nuestra carne.

También era el día para agradecer a nuestros hermanos mayores las cosas buenas que han hecho por nosotros en este año. Un año más, hacia delante.

Yo no fui: el espectáculo debía continuar.

¿Merece la pena saltarse uno de los entrenamientos más importantes del año para reducir a nueve niños a una carcajeante masa de espectadores asombrados?

Igual viene un ninja de Iga y me mata por decirlo.

Sí.

Pero es que últimamente me importan mucho las sonrisas.

viernes, enero 02, 2009

Azul (III) - Abracadabra


Siempre digo que el mentalismo es más que la magia.

Es una broma, claro.

El Arte de la Magia es completo en sí mismo, y es tan grande como cualquier otro. Pero sí que pienso que el mentalismo es independiente de la magia, y, de nuevo, completo en sí mismo.

A mí (que soy el que lo hace) me gusta más.

Pero hay una cosa que echo de menos. Una que los magos tienen (no es ni calva ni barriga) y los mentalistas no.

¿Adivinan? ¿Me leen el pensamiento?

Las palabras mágicas.

Son esas que se dicen para que ocurra algo mágico. Funcionan siempre. Y porque sí. A veces recomponen cuerdas. A veces hacen que las cartas (¡chas! ¡ya está la catorce!) suban hacia arriba.

Y veces hay alguna de cuatro letras que, cada vez que la oigo, sonrío.

Mucho.

Y todo, todo, está recién pintado.