Es una curiosa alternancia.
La he estado pensando.
Mirando un poco, vaya.
En plan reloj. Tic tac, y eso.
Hace algún tiempo de calendario pero para mi desgracia poco de memoria aunque Mu pugne por lo contrario, tomaba notas en este mismo lugar, con tinta verde. Hubo gente que leyó y no entiendía nada, como habrá quien lea esto y no lo entienda.
Tampoco importa.
El caso es que a fuerza de naufragar, toda tinta verde se acaba corriendo, por muy bien que huela. El salitre es mal consejero para un diario de a bordo que acaba cayendo al mar demasiadas veces.
Encontrada tierra y agotada la tinta, tomé nota mucho tiempo después, con tinta azul. La tinta no sirve como mercromina en caso de quemaduras de tercer grado, o donde las heridas son tan profundas como para sentir cada vez que vuelves a ver algo verde que se te salen las tripas. Un golpe, un muerto. Iai Nuki y eso. Los de negro ya me entienden.
Sonrío al ver las notas en azul, sensato color en aquel entonces que me llegó a preguntar si seguía apuntando en verde. Le dije que no, bastante idiota.
Sensatez, divino tesoro.
Verde, otra vez. Sin notas adicionales. Y se cumple el axioma de mi amigo Rubén sobre segundas partes. Sólo fue buena la de Terminator.
Y Azul. Con una mayúscula. Otra serie de notas que no duraron mucho pero me sirvieron para guardar en el cajón el cuaderno verde que me resistía a dejar pudrirse. Se gastó rápido pero se sonrió mucho.
Hubo gente que leyó esto y no se enteró, repito. De nada. Igual que ahora lo lees y no lo entiendes, pensando si el código de colores dice lo que está apeteciendo que diga.
Después del Azul, pues otro verde.
Y sonriendo, coño.
Una curiosa alternancia en la que he estado pensando.
Tic.
(Y tac, guiño).