El tiempo mordisquea inexorable, y una mezcolanza pegajosa de nostalgia, susto y alegría pinza el nervio cuando miramos hacia atrás y hacemos, uno, dos y tres, recuento. Nada místico, no se confundan: un trocito de metal con forma de personaje de fantasía, una reedición de un personaje favorito de un juego de estrategia por el que un niño abandonó los dinosaurios.
Veinticinco gramos de plomo y níquel condensando veranos que duraban para siempre.
Esta noche, más.
Ah, y curioso el reencuentro.
3 comentarios:
Otros nos bajamos de los trenes de vapor, y sacamos el billete rumbo ningún sitio..
Juguetes mancos, enfermos...ahora me acuerdo, cuando ya nada se puede hacer...suerte que esta e-bay.
Muxus!
A veces lo que asusta no es lo que hemos dejado atrás, si no lo que sucederá y echaremos de menos en el futuro.
Saludos.
estos chicos del warhammer... o como se escriba.
no es el muñeco en si, sino el recuerdo de aquella epoca... podrias no tener si quiera el muñeco fisicamente en tus manos y de tarde en tarde recordarias...
abrazos nostalgicos
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