5d6 son pocos dados.
La expresión, o el código, “5d6” significa “cinco dados de seis caras”.
Hay mucha gente que no lo sabe, pero no sólo existen los dados de seis caras. Alguien, allá por los sesenta, diseñó los de cuatro, ocho, doce y veinte caras. Más adelante, a finales de los setenta, alguien inventó el d10. El dado de diez caras. Empleando dos, se podían generar números aleatorios entre uno (01) y cien (00). Actualmente se pueden encontrar dados de treinta caras, de cincuenta, de cien e imagino que otra amplia variedad que desconozco. Aunque eso no importa.
Existe un juego de estrategia y fantasía que se juega con figuras de 28 milímetros. 28 milímetros es el nombre de la escala, no significa que todos midan lo mismo, Después de todo, es fantasía. Pese a lo que diga la cama de mi compañero de piso, no todos los trolls tienen el mismo tamaño.
Ese juego se llama “Warhammer”, y fue diseñado, parece ser, para representar de modo poco realista batallas entre ejércitos de criaturas de un mundo imaginario, llamado, originalmente, El Mundo de Warhammer. Su trasfondo combina la imaginería de Tolkien con la Alemania de la reforma, los ciclos artúricos, las novelas de Michael Moorcock y otro sinfín de influencias, históricas y legendarias. Tenemos ejércitos de elfos, de orcos, de ogros, varios reinos humanos y una gran leyenda urbana que afirma que un día llegará un ejército inspirado en el japón feudal. Quién sabe.
Pero el caso es que son ejércitos.
Y los ejércitos luchan.
Las reglas de este juego no pretenden en absoluto ser realistas. Un juego con dragones y hechiceros no debería serlo. Pero desde luego, hay combates en esas reglas. Y, como en todos los combates, hay muertos. Porque las armas, ya saben, matan. Pese a las tiradas de salvación por armadura.
Una de esas reglas que rigen los combates del Mundo de Warhammer es muy curiosa.
Se llama “Huir”.
Lo que pretende representar es el miedo, el espanto ante la atrocidad del pobre soldado y sus compañeros cuando se ven brutalmente superados por la tropa enemiga. El terror se adueña de ellos y sus oficiales no pueden detener la desesperada huida de sus hombres.
La regla “Huir” indica que la tropa que se desbanda aterrorizada se desplaza exactamente 5d6 centímetros en dirección contraria al enemigo. Éste puede, si lo desea, perseguir al fugitivo el mismo número de dados. Si lo alcanza, todos los desbandados se consideran automáticamente aniquilados. Así, sólo el azar al arrojar esos cinco dados determinará si sobreviven y consiguen escapar o son exterminados hasta el último hombre.
Esta regla despiadada y curiosamente realista también indica que las tropas montadas o que sean más veloces que un infante medio, bien por su gran tamaño, bien por ser similares a caballos como los centauros o por alguna otra característica especial, son obviamente más rápidas: se tirarán ocho dados de seis. Mala señal para el infante medio.
Verbigracia, si la Zarina Katarine, Reina del Hielo de Kislev, férrea y bellísima hechicera que vive al norte del Imperio humano, a lomos de su caballo de guerra se enfrenta en solitario a un chamán orco a pie, éste se verá abrumado por sus fabulosos poderes mágicos y su potencia en combate, por los encantamientos y embrujos que ella lance sobre él.
Sobrepasado, el chamán decide huir.
Al pobre no se le ocurre otra cosa.
Tira cinco dados de seis.
Ella ocho.
5d6, en fin, son pocos dados.
La expresión, o el código, “5d6” significa “cinco dados de seis caras”.
Hay mucha gente que no lo sabe, pero no sólo existen los dados de seis caras. Alguien, allá por los sesenta, diseñó los de cuatro, ocho, doce y veinte caras. Más adelante, a finales de los setenta, alguien inventó el d10. El dado de diez caras. Empleando dos, se podían generar números aleatorios entre uno (01) y cien (00). Actualmente se pueden encontrar dados de treinta caras, de cincuenta, de cien e imagino que otra amplia variedad que desconozco. Aunque eso no importa.
Existe un juego de estrategia y fantasía que se juega con figuras de 28 milímetros. 28 milímetros es el nombre de la escala, no significa que todos midan lo mismo, Después de todo, es fantasía. Pese a lo que diga la cama de mi compañero de piso, no todos los trolls tienen el mismo tamaño.
Ese juego se llama “Warhammer”, y fue diseñado, parece ser, para representar de modo poco realista batallas entre ejércitos de criaturas de un mundo imaginario, llamado, originalmente, El Mundo de Warhammer. Su trasfondo combina la imaginería de Tolkien con la Alemania de la reforma, los ciclos artúricos, las novelas de Michael Moorcock y otro sinfín de influencias, históricas y legendarias. Tenemos ejércitos de elfos, de orcos, de ogros, varios reinos humanos y una gran leyenda urbana que afirma que un día llegará un ejército inspirado en el japón feudal. Quién sabe.
Pero el caso es que son ejércitos.
Y los ejércitos luchan.
Las reglas de este juego no pretenden en absoluto ser realistas. Un juego con dragones y hechiceros no debería serlo. Pero desde luego, hay combates en esas reglas. Y, como en todos los combates, hay muertos. Porque las armas, ya saben, matan. Pese a las tiradas de salvación por armadura.
Una de esas reglas que rigen los combates del Mundo de Warhammer es muy curiosa.
Se llama “Huir”.
Lo que pretende representar es el miedo, el espanto ante la atrocidad del pobre soldado y sus compañeros cuando se ven brutalmente superados por la tropa enemiga. El terror se adueña de ellos y sus oficiales no pueden detener la desesperada huida de sus hombres.
La regla “Huir” indica que la tropa que se desbanda aterrorizada se desplaza exactamente 5d6 centímetros en dirección contraria al enemigo. Éste puede, si lo desea, perseguir al fugitivo el mismo número de dados. Si lo alcanza, todos los desbandados se consideran automáticamente aniquilados. Así, sólo el azar al arrojar esos cinco dados determinará si sobreviven y consiguen escapar o son exterminados hasta el último hombre.
Esta regla despiadada y curiosamente realista también indica que las tropas montadas o que sean más veloces que un infante medio, bien por su gran tamaño, bien por ser similares a caballos como los centauros o por alguna otra característica especial, son obviamente más rápidas: se tirarán ocho dados de seis. Mala señal para el infante medio.
Verbigracia, si la Zarina Katarine, Reina del Hielo de Kislev, férrea y bellísima hechicera que vive al norte del Imperio humano, a lomos de su caballo de guerra se enfrenta en solitario a un chamán orco a pie, éste se verá abrumado por sus fabulosos poderes mágicos y su potencia en combate, por los encantamientos y embrujos que ella lance sobre él.
Sobrepasado, el chamán decide huir.
Al pobre no se le ocurre otra cosa.
Tira cinco dados de seis.
Ella ocho.
5d6, en fin, son pocos dados.
16 comentarios:
De lo que se infiere: cuidado con las brujas frías...
:(
Marcos... deberías dormir más. Las seis de la mañana de un martes no son horas...
Y ayer hiciste mal en huir dejándome desparejada entrenando. Caí bajo el peso de Chemi cabalgando sobre la Fresa :P
¡ánimo!
Y además ofrece un ataque de oportunidad...
Saludos.
pues no sabía de su existencia, no. Gracias! un abrazo
No olvides que en Inglaterra la caballería persigue 3d6 pulgadas y la infanteria huye 2d6 así que en la patria del Warhammer nuestro amigo el chamán tendrá más posibilidades.
Sr. Supiot: pensé que llevaba pergaminos de dispersión de magia. Uno nunca sabe qué tropas tiene el otro al empezar la batalla.
Anita, lo escribí a las seis de la tarde del martes, en la facultad de Filosofía, con la UVa de la Duenda...
Hay testigos. ;)
Elendaewen: friki.
Leo: pues regálate algunos.
Mu: recuerdo cuando los marines movían 8 porque alguien tomó las pulgadas como si fuesen de dos centímetros.
Pero e lataque de oportunidad se esquiva mucho mejor teniendo Movilidad, así que a subir de nivel y escoger dote. Que al final de eso se trata, de conseguir PX... o experiencia, y mejorar ¿No?
La categoría de armadura nunca mejora con la experiencia.
Siempre estarás igual de desprotegido.
Pero aunque sea igual de fácil recibir los golpes, se tienen más puntos de vida y se aguantan mejor. O así debería ser...
Cargada de café miro tu boca descafeinada.
Mientras, detrás de la ventana por donde me miras, me pongo mis lunares.
Hace años que no juego al rol, aunque con este breve recordatorio creo que aún permanecen cosas en mi memoria. Eso sí, yo nunca llegué a jugar a Warhammer, pero sí a varios juegos derivados (aunque en mi época moza, prefería las cartas -magic, cómo no- y rol en papel -Vampiro, Star Wars... lo que fuera-). Lo cierto es que pasé buenos ratos jugando y conocí a gente muy interesante. Supongo que uno se hace viejo (aunque precisamente el rol no sea un juego exclusivo de niños).
Remember: Hoy es Corpus Christi, no se trabaja.
:-)
no me lo puedo creer, ¿le has robado el guarjamer a los astrónomos murcianos? nunca pensé que caerías tan bajo mago, voy a tener que traerte una semana aquí conmigo para meterte en vereda, nada de guarjamer! cerveza, jipis guapas y conciertos de mamá ladilla jeje
Casi hay que hacer Dadología para entender de esto, ¡madre mía!.
Lo he pasado muy bien hoy, Ninja Jones :-P.
felicidades a todos! acabo de recordar que hoy (domingo, 25) ha sido el día del orgullo friki. ¿no? ¿o acaso tengo que decir: perrea, perrea?
Dos, el crusaíto.
Y dos besos.
d.
Hola!!
En un mes me tienes allí dando guerra otra vez.Que tal?
BEsines!
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