Nunca entenderé por qué hay magos que no quieren hacer magia para niños.
¿Existe otro público que de verdad vuelva a su casa creyendo que lo que han visto era realmente magia?
Soy mago, creo que ya lo sabéis.
Y me intento dedicar a esa parte de la magia que Theo Annemann, pilar del género, definió como la "única forma adulta de la magia": el mentalismo.
Annemann decía que sólo el mentalismo posee la capacida de hacer creer al espectador que lo que estaba ocurriendo era genuino. Además, fue un creador compulsivo, no sólo un excelente ejecutante. Inventó el efecto de la bala entre los dientes en su versión moderna y en sus treinta y pocos años de vida (se suicidó a raiz de arruinarse con el crack del 29) y sus poco más de quince años practicando el Arte de la Magia ideó y publicó varios miles de efectos (sí, miles). Algunos, sin saberlo, me los habéis visto ejecutar.
La gente salía de sus espectáculos completamente convencida de que el tipo de fino bigote que acababan de ver era un genuíno lector del pensamiento.
Annemann, ya digo, decía que eso sólo lo conseguía el poder del mentalismo bien ejecutado.
Annemann fue un genio.
Pero, por desgracia para él, nunca hizo magia para niños.
Lo lamento, Mr. Annemann.
________________
El señor de la foto es Theodore Annemann, nacido Theodore John Squires en 1907. Se quitó la vida de un disparo, con una bala que la ruina y la pérdida de razón le hizo no querer detener, en 1942. Dejó detrás cientos y cientos de efectos de cartomagia y mentalismo, con principios y manejos que a los mentalistas modernos nos siguen pareciendo revolucionarios. Pilar, creador, genio y maestro del género. No sé (como le digo a Mu) si la magia es arte o no. Pero claro: ni la Vaca ni yo hemos visto a Annemann en acción.
¿Existe otro público que de verdad vuelva a su casa creyendo que lo que han visto era realmente magia?
Soy mago, creo que ya lo sabéis.
Y me intento dedicar a esa parte de la magia que Theo Annemann, pilar del género, definió como la "única forma adulta de la magia": el mentalismo.
Annemann decía que sólo el mentalismo posee la capacida de hacer creer al espectador que lo que estaba ocurriendo era genuino. Además, fue un creador compulsivo, no sólo un excelente ejecutante. Inventó el efecto de la bala entre los dientes en su versión moderna y en sus treinta y pocos años de vida (se suicidó a raiz de arruinarse con el crack del 29) y sus poco más de quince años practicando el Arte de la Magia ideó y publicó varios miles de efectos (sí, miles). Algunos, sin saberlo, me los habéis visto ejecutar.
La gente salía de sus espectáculos completamente convencida de que el tipo de fino bigote que acababan de ver era un genuíno lector del pensamiento.
Annemann, ya digo, decía que eso sólo lo conseguía el poder del mentalismo bien ejecutado.
Annemann fue un genio.
Pero, por desgracia para él, nunca hizo magia para niños.
Lo lamento, Mr. Annemann.
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El señor de la foto es Theodore Annemann, nacido Theodore John Squires en 1907. Se quitó la vida de un disparo, con una bala que la ruina y la pérdida de razón le hizo no querer detener, en 1942. Dejó detrás cientos y cientos de efectos de cartomagia y mentalismo, con principios y manejos que a los mentalistas modernos nos siguen pareciendo revolucionarios. Pilar, creador, genio y maestro del género. No sé (como le digo a Mu) si la magia es arte o no. Pero claro: ni la Vaca ni yo hemos visto a Annemann en acción.
6 comentarios:
Para mi, diga lo que diga la gente, la magia es arte.
Sigue haciendo estas incursiones con las que aprendemos todos. P.
Tu si que haces magia para niños, sobre todo cuando vamos nosotros :P
Para niños y niñas.
Y para Rousitas guapas.
¿Alguien ha reparado en la foto de Pepo?
Bonito texto (=
¡Nunca te he visto hacer magia...!
Besos ^^
Foto de Pepo?? ^o)
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