Por saber tuyo el vaso en que bebías,
una tarde de junio lo rompiste.
Bebió la tierra el agua, limpia y triste,
y ahora tienes la sed que no tenías.
Quizá otra vez vendrán tus buenos días
y bebas sin mirar, como bebiste.
O quizá el vaso en el que te ofreciste
otras manos lo quiebren, no las mías.
Igual que el que de noche se despierta
y busca cerca el agua preparada,
te buscó a ti mi voz y no escuchaste.
Pon a tu corazón desde hoy alerta:
no nieguen a tu sed enamorada
el mismo sorbo aquel que derramaste.
una tarde de junio lo rompiste.
Bebió la tierra el agua, limpia y triste,
y ahora tienes la sed que no tenías.
Quizá otra vez vendrán tus buenos días
y bebas sin mirar, como bebiste.
O quizá el vaso en el que te ofreciste
otras manos lo quiebren, no las mías.
Igual que el que de noche se despierta
y busca cerca el agua preparada,
te buscó a ti mi voz y no escuchaste.
Pon a tu corazón desde hoy alerta:
no nieguen a tu sed enamorada
el mismo sorbo aquel que derramaste.
8 comentarios:
Fosa común de pájaros y fuentes
eran tus ojos en la tarde ardida.
Había un brillo cruel de luz mordida
en tus labios sin besos y en tus dientes.
Ayer dos corazones coincidentes,
hoy dos bordes sangrantes de una herida,
mañana doble sombra de guarida
de sierpes y de lobos impacientes.
Tú, aquí; él, por ahí: Porque no es buena
la vida, no: No es justa y no es sagrada
para quien muerde el fruto de la ciencia.
Esa ciencia que nace de la pena
de no verse mirada en su mirada,
pedir amor y recibir paciencia.
(De mi maestro Carvajal, desde un trozo de Sur)
Y la vida se detuvo para él
y no volvió a tener ningun sentido
por que fruto de su penoso olvido
subió del super sin comprarse un gel
y "asin suscetivamente" otro cuarteto y dos tercetos mas...
¿Con qué me lavo?, dijo, ¿Con aquel
detergente apestoso y revenido?
No sé por qué demontres he tenido
que quererme limpiar hoy el cimbrel.
(faltan dos tercetos).
mas lo que la higiene ordena y manda
no es nada sutil, es harto oloroso
que apestar nunca fué recomendable
(na mas queda otro)
Brummel, Sportman, Pachulí, Lavanda,
Cerberos en derribo y en acoso
de peste de un sobaco abominable.
Y la vida se detuvo para él
y no volvió a tener ningun sentido
por que fruto de su penoso olvido
subió del super sin comprarse un gel
¿Con qué me lavo?, dijo, ¿Con aquel
detergente apestoso y revenido?
No sé por qué demontres he tenido
que quererme limpiar hoy el cimbrel.
mas lo que la higiene ordena y manda
no es nada sutil, es harto oloroso
que apestar nunca fué recomendable
Brummel, Sportman, Pachulí, Lavanda,
Cerberos en derribo y en acoso
de peste de un sobaco abominable.
que bello, copón
Lo publico en el blog, amigo Loko.
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