...es el principio y el fin.

lunes, diciembre 28, 2009

Una de Pancho


Extracto del poemario "Memoria en el exilio", de Pancho Salas:


¿Dónde estabas?

¿Dónde estabas cuando lloraba, cuando no me quedó más remedio que (al rojo vivo) acercarme el metal a las heridas para que la sangre dejara de manar? ¿Dónde?

¿Dónde estabas?

¿Dónde estabas cuando tenía que ir de la mano de amigos por la calle, para evitar morir atropellado, porque yo ya no quería (no sabía) volver a mirar a las estrellas? ¿Dónde, cuando en cada canción sonaba tu nombre, cuando cada héroe moría salvando un mundo que moriría después de él? Cuando era un esfuerzo levantarse porque que el sol quemaba en la conciencia, y sólo en la oscuridad y en medio del ruido dejaba de ver y de escuchar.

¿Dónde? ¿Dónde estabas? Cuando viajaba a horas intempestivas para buscarte, cuando volvía tapándome los ojos, cuando no podía tocarte por el tiempo, por cada centímetro de separación, por cada maldita orden que acaté cuando tuve que rebelarme.

¿Dónde?

Ya te lo digo yo.

Mirando para otro lado.

Y fingiendo.

4 comentarios:

El Capitán dijo...

Pone los pelos de punta.

Aunque... también hay que saber perdonar ¿verdad?

Gracias por el apunte de los días de la semana, se agradece tener gente culta alrededor.

=)

gaitero en el exilio dijo...

me gusto el post.

recuerdas aquel que te escribi y tu editaste ¿donde estan? creo que se llamaba, me vino a la cabeza...

gaitero en el exilio dijo...

¿Dónde estan las ilusiones de hace años, los amores que nos hicieron tantos daños, los amigos simpaticos y los huraños, donde estan los días extraños, las peleas por amores mercenarios, los sentimientos que no vienen en diccionarios, los celos lapidarios, las noches de violines stradivarius, dónde están nuestros queridos seres extraordinarios, dónde quedaron los éxitos y fracasos en escenarios, dónde estan los besos imaginarios, las noticias que olvidaron los diarios, dónde están las lágrimas en rosarios? ¿Dónde están? ¿Vale la pena buscarlos o encontrarlos?"

Max Verdié dijo...

Gaitero, claro que vale la pena.

Siempre.