...es el principio y el fin.

lunes, marzo 22, 2010

Tres lugares contiguos


Perdonneme el sennor que toda cosa fizo deste el mio crime mas perverço, que grande angustia e congoja hallase el mio cordal atormentado, tanta pena zofrir por dejalle en escripto cuanto oscuro cognoscí de las guisas, formas e maneras que aprendí de fablales e llamalos a los demoños e sus vástagos, e de facerles que obedeçieran las normas e deseos que yo quise pediles (...). Y si no perdoneme, accepten aquestos que cito demoños mia carne e sangre como ofrenda cual otrora vez fiziera.


- Carlos Müller, prefacio de "Fabliellas Negras et computo e cálculo de las cosas que non poden nonvrarse". In cuarto, 18x27 cm, 1400 d.c. aproximadamente.

¿Cómo hacer saber a la humanidad lo que he averiguado? Soy sólo un hombre en un maremágnum imbatible de acontecimientos que no se dentendrán por la acción sola de un hombre solo. Y pese a lo acuciante de la noticia, apenas un siglo entero, hay tareas prodigiosas que han de acometerse antes, pues a menudo lo urgente resta tiempo a lo importante.

¿Quién? ¿Quiénes?

¿Quién sería tan loco de acompañar a un loco a jugarse la vida, el alma, la muerte y el infierno?

¿Dónde encontrarlos en estos días torcidos?

- Del diario de Rex Annemann, escrito en Budapest, Hungría, 1916.


No hay futuro. Sólo existe el que nosotros hacemos. Construimos.

Connor lo repite como un puto mantra siempre que nos enfrentamos a la desesperación. Todos los días, cada día. Para que no olvidemos que en una guerra imposible de ganar, resistimos. Para no olvidar que todos y cada uno de nosotros somos la última esperanza de la humanidad.

El último plan de Connor es una locura sacada de una pesadilla de la ciencia-ficción. Pero en un mundo de locura y pesadilla de la ciencia-ficción quizá sea la única opción sensata.

¿Llegaremos vivos, siquiera, a la primera parada de este demencial viaje? No lo sé. Hace días que el mundo ha cambiado para mí. Si es verdad lo que afirman los oficiales científicos, lo que vamos a hacer puede cambiar el curso de la historia de esta guerra de una manera que jamás antes hubiese imaginado. Ni siquiera sé si viviré para ver otro mañana, pero sé que no he vivido y luchado hasta aquí, hasta hoy, para caer rendido ahora.

Tengo miedo.

Y no volveré.

- Teniente Johnathan Moore, 23º de operaciones especiales, segundo pelotón, manípulo Connor-Brewster, 2029.

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