...es el principio y el fin.

lunes, abril 05, 2010

El amante impar


Tres.

Tres, en una discreta multitud sólo conocida por uno de ellos.

Ajena a la realidad y a ojos observadores que estuvieron distraidos, la multitud de tres se movió en el mismo espacio, pisando el mismo suelo y besando la misma boca. En momentos (ayer, hoy, a escondidas) diferentes, en lugares (en su cama, en su ciudad, a escondidas) diferentes, ajenos a la realidad y a ojos observadores.

Haciendo llorar, acompañando, mordiendo, cada uno fiel a su función y su naturaleza, esclavos involuntarios de una danza invisible puesta en marcha, en parte por la mala providencia, en parte por ellos mismos. Culpable cada uno (de herir, de ignorar, de atreverse) de sus propios y únicos pecados, víctimas de sus demonios (la mentira, la inocencia, la lujuria), prisioneros de su visión incompleta (la que hubo, la que hay, la que se esconde) de una realidad condensada en tres días, lo que dura un encuentro, varios asaltos de un juego en el que no todos saben bien la reglas.

El ex-novio, el novio y el amante.

Una discreta multitud sólo conocida por uno de ellos.

El único que esta noche dormirá solo, y a quien nadie despertará por la mañana.

Pensando, inevitablemente, que el que más recibió aquellos días es, para variar, el que menos tiene.

Dulces sueños, ángel de la noche.

3 comentarios:

José Mateos dijo...

El Efecto Verdié.

Tan magnífico como devastador.

Max Verdié dijo...

No se habla de tal efecto en este relato.

Y tampoco me hizo gracia del todo el bautismo del efecto.

Mrs. Freeman dijo...

Me encanta éste blog, tienes una forma muy característica de escribir.
He leído todos los textos hasta éste, pero he de ir a dormir, que mañana madrugo.
Prometo continuar en otro momento y por ello te sigo gustosamente.
Un saludo =)