La Dama Inquieta.
La Dama Inquieta se ciñe un sombrero pirata con calavera de colores, y katiuskas a juego, para cuando llueve a bordo y en altamar. En la cintura un sable, pero más cortito y con el filo recto, y un loro en forma de oso y que se llama Panceta sobre el hombro, que le cuenta cosas en secreto cuando no miran los demás. Guarda debajo de la almohada un cofre del tesoro con cartas que huelen a arena, a Sportman, a café, y una cajita intermitente donde coloca los bultos que el susto, traicionero en su patente de corso, le coloca en la espalda a ratos, o días.
La Dama Inquiera se asusta, salta, baila, abraza, es un poco mágica a veces: sube a la parte de arriba de la baraja con un pase sin truco, cambia de color y se pone roja (de celos, de risa, de ganas de matar), desaparece y aparece en otro lugar que nadie se esperaba, tramposa de ella. La Dama Inquieta se escurre por las sábanas y se menea, porque a bordo el mar, que hace de suelo, los barcos se balancean por las noches, y por eso dormir es divertido.
La Dama Inquieta es dueña del mar, y capitana de un barco de cáscara de nuez, al que siempre le sobra el viento, cuento tras cuento, y reposta en cada puerto por si acaso. La Dama Inquieta le puso nombre a las estrellas porque quiso y porque pudo, y saltó al abordaje del resto del planeta.
La Dama Inquieta.
La Dama Inquieta se ciñe un sombrero pirata con calavera de colores, y katiuskas a juego, para cuando llueve a bordo y en altamar. En la cintura un sable, pero más cortito y con el filo recto, y un loro en forma de oso y que se llama Panceta sobre el hombro, que le cuenta cosas en secreto cuando no miran los demás. Guarda debajo de la almohada un cofre del tesoro con cartas que huelen a arena, a Sportman, a café, y una cajita intermitente donde coloca los bultos que el susto, traicionero en su patente de corso, le coloca en la espalda a ratos, o días.
La Dama Inquiera se asusta, salta, baila, abraza, es un poco mágica a veces: sube a la parte de arriba de la baraja con un pase sin truco, cambia de color y se pone roja (de celos, de risa, de ganas de matar), desaparece y aparece en otro lugar que nadie se esperaba, tramposa de ella. La Dama Inquieta se escurre por las sábanas y se menea, porque a bordo el mar, que hace de suelo, los barcos se balancean por las noches, y por eso dormir es divertido.
La Dama Inquieta es dueña del mar, y capitana de un barco de cáscara de nuez, al que siempre le sobra el viento, cuento tras cuento, y reposta en cada puerto por si acaso. La Dama Inquieta le puso nombre a las estrellas porque quiso y porque pudo, y saltó al abordaje del resto del planeta.
La Dama Inquieta.
7 comentarios:
La Dama inquieta, ¿te inquieta?.
¿la dama inquieta necesita un tranquilizante?¿o una biodramina contra el mareo? esa dama inquieta que como es coqueta la gusta saber que nos inquieta, ojala nos de su numero escrito en una servilleta, para que en las noches que recale en nuestra isleta, nos embelse pizpireta para que al cabo la regalemos el corazon pichado en un palo de piruleta.
¿Donde estara mi dama inquieta?, partio en su goleta, usando mi corazon como pandereta.
Mago, necesito vacaciones.
Hazme desaparecer un poco.
Descansará alguna vez?
la dama inquieta necesita compañeros?
Pancete...qué recuerdos...
Besos y abrazos
¿Compañeros? creo que tengo entre 200 y 300, asi que mejor no saturar.
Pero vamos, que como este, solo uno.
Besos majos
Un beso damiselo
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