...es el principio y el fin.

martes, agosto 26, 2008

Me regalan un sombrero


El texto íntegro y exacto dice:

"Te regalo un sombrero"

"Te regalo una varita"

"Marcos eres grazioso"

"- Te regalo una maqueta (tachón)"

"Marco esres muy gracioso"

"Marcos te reg"

"Te regalo un manicomio"

"Marcos se que eres gracioso y divertido."

"Te regalo un conejo"

"TE REGALO UNA BALLENA"

Eso pone en el papel que me han rellenado y dado hoy los niños del taller de juegos cooperativos.

Pues eso.

¡Que ahora tengo una ballena!

domingo, agosto 24, 2008

Todos menos Batman


Todo el mundo (excepto, quizá, Batman) tiene miedo cuando contempla los ojos del abismo.

Hay absimos pequeñitos, que se superan de un salto, y otros enormes que en apariencia sólo pueden salvarse con superpoderes. Yo, por una sencilla cuestión de clase y categoría, sí tengo superpoderes. Leo la mente y me fundo con las sombras, habilidades tremendamente útiles para pedir pizzas o llegar el primero a por los canapés de una fiesta.

Además, entre mis amigos hay otros del mismo clan ninja, incluyendo a un miembro de la antigua raza de los Yeti, un científico loco, trasunto de un tardío y jovencito doctor Frankenstein y el Lex Luthor pre-crisis. Hay un avatar de un dios cornudo en la tierra, algún que otro viajero del tiempo y adoradores del metal. Muy grandes.

De todo hay en la viña del señor.

Somos un poco demasiado cómodos para montar un supergrupo (lo cual tiene que ser, además, carísimo) y se me hacen caca las tripitas pensando en una hipoteca sobre la Atalaya de la Liga de la Justicia, una Magocueva o la Mansión de los Vengadores*. Pero lo pasamos bien.

Sin embargo, siento algún que otro estertor de retrocontinuidad.

Alguien, alguien poderoso en una escala que no entiendo reajusta nuestras historias para albergar hechos que no hemos vivido, para encontrarnos cosas que nunca antes vimos... aunque recordemos haberlo hecho. Es tremendo pensar que alguien, alguien poderoso en una escala que no entiendo pueda jugar así con los hilos de nuestras vidas, pero como bien sabe Harvey Dent, todo tiene dos caras.

Son las realidades infinitas.

Infinitas.

Y sin embargo... quienquiera que haya leído los suficientes tebeos sabrá que al final, todo vuelve a repetirse. Lois Lane siempre se acaba cruzando con Superman de alguna manera, los padres de un jovencísimo Bruce Wayne son brutalmente asesinados delante de sus ojos, el Capitán América lidera La Venganza de la Reina en lugar de Los Vengadores y Ojo de Halcón confunde a Flash con El Zumbador.

La gente, la gente importante, la que tiene nombre en las historias, vuelve a cruzarse. Siempre.

¿Que de qué hablo?

Hablo de que no me creo, amigos, que nos hayan puesto aquí por azar.

Digo que en otra de las 13, 52 ó infinitas realidades separadas a un latido de vibración, habéis sido tan grandes que el universo decide que tenemos que seguir encontrándonos en ésta.

Y ese abismo es el que me da miedo (porque no soy Batman) mirar.

Y sin embargo, sonrío, os miro al otro lado y salto.

Arriba.

Arriba y fuera.

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* Porque la verdad, con la de sitios solitarios con buen tiempo que hay por el mundo, no se le ocurre al papanatas del granjero más que plantar su villa en el polo norte. Con dos pelotas.

sábado, agosto 23, 2008

La Falsa Moneda


Es un truco.

Consiste en hacer creer al espectador que la moneda que él te ha entregado es falsa.

Por alguna extraña analogía, cuyo origen me es ajeno, se llama también así a la técnica de fingir que no recuerdas el nombre de una chica que te han presentado ese día. De eficacia probada, si no se abusa.

Grandes expertos la emplearon antes que yo.

¿Dónde puede aprenderse más?

En los apuntes.

En el libro de las tres eses. Shinobi Sensual Secrets.

Ayer vi a Fanto. Hacía ya más de dos años. Mi mentor en el arte del amor ahora vive en Madrid (si es que allí se puede vivir), lleva barba y entra a las pijas. Practica Judo en lugar de Nin Jutsu y sale con camisa.

Pero poco más ha cambiado.

Lo mejor de reencontrarse con con viejos amigos es la maravillosa sensación de que algo ha vuelto a casa.

De que todo está bien.

De que habrá otra copa en otro lugar.

Y de que seguimos estupendos.

¿Más pruebas? Septiembre. Madrid.

Lovin´ Ryu.

Guarden a sus hijas, que llegamos.

lunes, agosto 18, 2008

Me levanté meado una mañana...


...pues con niños me acosté.

En fin.

Días mezclados, como corresponde al espacio inter-ciclos que vivimos los veranos.

Los calendarios, por una razón más bien cabalística mueren y empiezan en navidades. Pero nosotros, magos de a pie, los empezamos con los cursos académicos, como todo el mundo.

El intersticio entre curso y curso es un lugar sin dioses ni leyes. Y siempre, siempre, una etapa de cambios.

Unos, para bien.

Otros, paraván.

Pero llega septiembre, que siempre criba y pone en orden, este curso/ciclo estrenando trabajo. ¿Me haré por fin el tatuaje? ¿Adquiriré un katana digno de mis ancestros? A ver si entrenamos ya, que nos estamos, diría Samu, volviendo gordos interiores.

Y yo a ver si espabilo. Que una cosa es recuperar los poderes, pero, como me dijo un maestro verde "has de aprender el control".

Procuraré no acostarme con más niños, señoría.

La culpa es del Merinos.

Cojones.

lunes, agosto 04, 2008

Que se pongan el sombrero


Porque empiezan mañana.


Son 18 niños que van a ser alumnos de un taller de magia, dos días a la semana, hasta final de Agosto.

¿Cómo saldrá? El año pasado fue inolvidable y tremendamente sorpresivo. Y es complicado sorprender a un ninja. Y más a uno que lee el pensamiento. Pero así fue.

También hay un taller de juegos colaborativos. Hay que enseñarles a jugar sin competir. Un furioso coro de voces me grita "¡rol! ¡vivos! ¡mortal coil!". Pues claro, hombre. Hay que adoctrinar a las nuevas generaciones.

Vuelvo a tener ganas de hacer cosas después de un espantoso y casi vegetal año. Al menos he descubierto los dobles fondos de algunas personas y recuperado la vista y la objetividad, en lo que al pulso (y su órgano) se refieren. Como excusa diré que me había suplantado un skrull (parece ser que está de moda).

No me gusta Superman, ya lo sabéis.

Pero ¡arriba!

¡Arriba, arriba y fuera!

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Si tienes menos de 13 años y quieres ser mago, ve a visitarme al centro civico Bailarín Vicente Escudero. Se aceptan ingenieras guapas de color rosa, frutos secos, cítricos pequeños, vacas, samu-rais, presidentes, duendas, arquitectos, bucaneros... toda esa panda.

viernes, agosto 01, 2008

Tortilla, ya no estamos en Kansas


Ni en Calamocha.

El viento se lleva el último campo de trabajo, convirtiendo en memoria lo que era presente, justo antes de la resaca y de llamarse nostalgia.

Ha, como le dije a David, estado bien.

Hemos hecho frente a un campo totalmente desorganizado y le hemos sacado provecho. Nos hemos reído, hemos llorado, hemos visto (¡tenían un rex!) dinusaurios, hemos sido cebados a discreción por doña Rosario, hemos hecho la fiesta, hemos nadado, y, dicen unos carteles, limpiado una parte de un río, cerca de un puente romano donde se hacen calvos, y que se llama Jiloca.

No ha estado mal.

Terminó muy bien lo que empezaba regular, y se han grabado momentos (en la cabeza, porque no me fío de las fotos) que no podremos olvidar. Un perro llamado Tortilla, al señor Bitar con gafas de judío y fez de Pakistán, mesié Paul con un perrito de globo en el paquete, los escotes (nunca suficientemente rumoreados) de Mapi, la nerviosísima Marta que resultó ser de pega, la tortuga gigante y la tortuga francesa, el descubrimiento inesperado de que los guardabosques de Dragones y Mazmorras sí que existen y se llaman Paco, los disfraces de ánima, la anaconda, el superheroico rescate de Anita en medio de la marisma.

Nos lo montamos en plan pajillero. Con lo que había y como pudimos. Y así, a pelo, hicimos un taller de defensa personal, uno de masajes, una noche de los talentos en la que Luis no pudo mear y un falso estriptis que nadie vengó.
No fue tan mala idea incumplir las normas de la campística, y llevar en el calcetín a Blonca. Con o.

Y, como la dama Pelirrubia me dijo una vez, me levanté una mañana y vi que la herida ya no estaba.

Me duele, sí. Pero sólo cuando aprieto.

¿Quién ha dicho culo?