...es el principio y el fin.

jueves, noviembre 17, 2011

Ven que te muerdo



Me desmayo y me atrevo, cumberlando
te redacto, te espero, hago recuento,
me lamo las heridas, pongo ungüento
en la carne que dejas desangrando.

Te pienso, te doy voz, te voy dejando
marcarme la memoria, estar hambriento,
te impaciento a la vez que me impaciento,
te imagino en mi mano cuando ando.

Te sospecho y sospechas que esto es tuyo.
Los días que no tienes nubarrones
me vuelve loco que me pongas cuerdo.

Te lo escribo en el blog, porque ya intuyo
la rendición total de mis legiones.
Me paro a decidir: ven que te muerdo.

martes, noviembre 08, 2011

El silencio se hace ruido


Mal momento en mala mañana y en mal día para darle al aleatorio del reproductor.

Un destino travieso y quizá maleducado, ignorando todo cuanto me ronda por la cabeza, pincha las canciones que me acompasan el corazón. Intento el viejo truco de sintonizar, poco a poco, los latidos a la música, pero no funciona. El peso, enrollado con cable de acero, atado a las vísceras del estómago, tira demasiado fuerte de las tripas, y la presión interna afecta al pulso. Las canciones que no acompasan son escuchadas solo por el cerebro, pasando, muertas, totalmente desapercibidas. Y no llueve, pero debería. Ensayo, una rutina nueva de adivinación del pensamiento, en la que el resultado es una estación de metro mientras Sabina, sincero en su permanente impostura, afirma que siempre nos quedará Madrid.

Max Verdié se apaga, porque Marcos cada vez está más callado, atento y escuchando, pero no oye nada.

Mal momento en mala mañana, en un mal día donde, solo en mi cuarto... temo que el silencio se transforme en

RUIDO


Ella le pidió que la llevara al fin de mundo,
él puso a su nombre todas las olas del mar.
Se miraron un segundo
como dos desconocidos.

Todas las ciudades eran pocas a sus ojos,
ella quiso barcos y él no supo qué pescar.
Y al final números rojos
en la cueva del olvido,
y hubo tanto ruido
que al final llegó el final.

Mucho, mucho ruido,
ruido de ventanas,
nidos de manzanas
que se acaban por pudrir.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido,
tanto ruido y al final
por fin el fin.
Tanto ruido y al final...

Hubo un accidente, se perdieron las postales,
quiso Carnavales y encontró fatalidad.
Porque todos los finales
son el mismo repetido
y con tanto ruido
no escucharon el final.

Descubrieron que los besos no sabían a nada,
hubo una epidemia de tristeza en la ciudad.
Se borraron las pisadas,
se apagaron los latidos,
y con tanto ruido
no se oyó el ruido del mar.

Mucho, mucho ruido,
ruido de tijeras,
ruido de escaleras
que se acaban por bajar.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido.
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final
la soledad.

Ruido de tenazas,
ruido de estaciones,
ruido de amenazas,
ruido de escorpiones.
Tanto, tanto ruido.

Ruido de abogados,
ruido compartido,
ruido envenenado,
demasiado ruido.

Ruido platos rotos,
ruido años perdidos,
ruido viejas fotos,
ruido empedernido.

Ruido de cristales,
ruido de gemidos,
ruidos animales,
contagioso ruido.

Ruido mentiroso,
ruido entrometido,
ruido escandaloso,
silencioso ruido.

Ruido acomplejado,
ruido introvertido,
ruido del pasado,
descastado ruido.

Ruido de conjuros,
ruido malnacido,
ruido tan oscuro
puro y duro ruido.

Ruido qué me has hecho,
ruido yo no he sido,
ruido insatisfecho,
ruido a qué has venido.

Ruido como sables,
ruido enloquecido,
ruido intolerable,
ruido incomprendido.

Ruido de frenazos,
ruido sin sentido,
ruido de arañazos,
ruido, ruido, ruido.