...es el principio y el fin.

lunes, abril 30, 2007

Dioses menores

Como hijos de un dios menor, piensan, recuerdan, buscan, no encuentran, recuerdan otra vez, ríen y lloran en una amplia escala de tiempos verbales.

Mutilados en el corazón y la memoria, se confunden, se miran, se cambian, se equivocan. Es complicado mirarse a los ojos desde cubiertas que son de barcos diferentes. Compleja y peligrosa, la marea tras la última tempestad revuelve banderas y enturbia brújulas que marcan, a ratos, rumbos que ya no le corresponden.

Los dioses pequeños no lo pueden todo, y en su defectuosa y escandalosa humanidad, yerran.

Disparando flechas a dianas que no existen.

Y dejando de hacerlo cuando uno de ellos entiende, dolido, que no quedan flechas.

O que quizá nunca las hubo.

No llora, pero dejando a un lado el arco, camina.

Triste y callado. Y triste.

Como el hijo de un dios menor.

5 comentarios:

ruty dijo...

Que poético te ha quedado, sobre todo el final. Me ha gustado :)

Anónimo dijo...

Pues a mí no me ha gustado. A mí me ha dolido, sentir más fuerte que nunca, que te he perdido.

Sentimientos a voces

Anónimo dijo...

L.R.B.V.

Pero no me sorprende.

Un beso, mi B.V.

Y siete más.

Anónimo dijo...

...creo que sé a quién se la dedicas...

El Capitán dijo...

Hey, bienvenido al calabazar.

A veces pasa, pero las mujeres son como los Doritos...

y no voy a terminar la frase para que les joda a las feministas, jejeje