...es el principio y el fin.

martes, abril 28, 2009

Seppuku



Así es como se llama, correctamente, a la ceremonia de suicidio ritual propia de la casta samurái.

El mal llamado harakiri.

La persona que se quiere quitar la vida se arrodilla, se afloja el kimono y deja frente a sí el aikuchi. Un cuchillo corto.

Siguiendo un estricto protocolo, masajea sus vísceras con el objeto de colocarlas para no cortarlas.

Eran, en fin, sus creencias.

Tomaba el aikuchi desenvainado y lo clavaba, paralelo al suelo, en la parte izquierda del abdomen.

Un corte horizontal.

Un giro.

Corte vertical. Hacia arriba.

Y luego, una persona de confianza, lo decapitaba.

Al menos así se me pasaría lo que tengo en el estómago.

Hijos de puta.

2 comentarios:

Diego dijo...

:-o

vaya

Rhiwen dijo...

Ojalá se pudiera sustituir el seppuku por un beso, de los que van con abrazo, y se te pasaran todos los males...