...es el principio y el fin.

miércoles, abril 20, 2005

Gracias, doctor

Surgen, cuando menos te lo esperas, sin previo aviso, sin carta de recomendación, sin prestidigitación ni alevosía, de golpe y arreglando el mundo. Se llaman palabras. Ahora mismo estás leyendo algunas, aunque no son esas a las que me estoy refiriendo.

Son, en fin, palabras de ánimo.

Las mejores son las que, claro, aparecen por sorpresa. Sorpresas sin trucos, ni magias, ni dobles fondos. Aparecen, te aclaran el universo, pasan y se esfuman. O a lo mejor no te aclaran nada, pero te empujan a seguir adelante y te disuelven las losas que llevas en la mochila del alma, del cuerpo, del corazón. Son un regalo que te revela, rebela y regala alguien. Y fíjate, a veces te curan, sin precio y sin receta heridas que pensabas que no se cierran. Algunas heridas no se pueden curar nunca, y de hecho, muchas dejan siempre de testigo una cicatriz, para el día que tengas que hacer recuento del dolor, de la sangre, de la memoria. Pero te hablan, cuentan, escriben cosas, y se te pasa, un rato, un momento, una vida. Un encuentro.

Gracias, doctor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que verdad hay en tus palabras, ¿Quién ha dicho que las palabras se las lleva el viento? Sólo en contadas ocasiones, para mí la mayoría o me dan la vida o me la quitan, así de un plumazo, menudo golpe de gracia, esas palabras hirientes, que se clavan en lo más profundo de tu ser, y crean una herida dolorosa, y cada vez más profunda, que no puedes olvidarlas por mucho que quisieras, y que aparecen reiteradamente en tus pensamientos...que te llevan a buscar medios para evadirte...

Siempre es agradable saber, que alguien tiene palabras de consuelo...así que me alegro de que te las regalen

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! » » »