...es el principio y el fin.

viernes, noviembre 07, 2008

Cartas futuras


Estimados habitantes del futuro:

En cierta ocasión amé.

Aunque me dolía.

Amé hasta el dolor, hasta el susto, hasta no dormir.

En otra anterior, amé hasta la costumbre. Hasta la seguridad. Que es bueno. Y es escaso. Y no se me olvidará mientras queden violines.

He amado mucho, mucho, mucho. Y, siempre, sin excepción, apasionadamente. No conozco otra manera.

Estoy usando (Duenda, La Duenda lo sabe) el verbo amar en su acepción más amplia. En plan canalla. Pero la etimología no puede soslayarse. No puedo amar si no es con pasión. Y, como he dicho muchas veces hablando de modelos, de maquetas, puede que los detalles estén exagerados. Pero hay todo lo que hay.

Hoy, hace un rato, bajando una persiana, he pensado en mis abuelos, y más atrás, y en mis nietos, y más adelante. He pensado que conozco la historia de amor de mis abuelos, y la de la tata Iba, que se escapó de la casa donde estaba de criada en Marruecos la noche antes de que España devolviera la soberanía para casarse con un legionario que la amó (con pasión, hasta la costumbre y la seguridad) durante el resto de su vida.

Pero he pensado así mismo que no sé (y no sabré nunca) cómo o por qué se conocieron mis bisabuelos, mis tatarabuelos. Mi retatarabuela, una señora con dos partidas de nacimiento y que acabó apellidándose Verdié. Nadie me contará nunca si amó, si amó, si amó con pasión. Ya nadie se acuerda de su historia. Tengo dieciséis tatarbuelos de los que sólo me queda algún retrato, unos apellidos desgastados por el uso y alguna partida de nacimiento, con su muy posterior, o no tanto, acta de defunción.

No tengo ni idea de si tendré descendencia en algún momento.

Siempre, siempre he querido, pero no lo sé.

Si ocurriera, si a alguien en el futuro tiene ocasión de informarles, si por alguna casualidad mágica pudiera llegarles éste eco, que les llegue. Que se lo cuenten. Que sepan.

Que sepan que amé.

A novias, a amigos, a amigas, a enemigos, a hermanos de sangre y de kimono, a la gente rara que tira dados. En español, en inglés y un poquito en turco. No llegué a más. Pero llegué.

Amé.

Con pasión, aunque, sin, desde (y hasta) que me doliera.

Y contadles (por favor) que volvería a hacerlo.

¡Gracias!

Atentamente,

Max Verdié (caballero).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog!!!

Besitos!

mj

rut dijo...

gracias. por amar. a tu manera. y gracias, también, por los abrazos de hoy.

un beso.
duén.