...es el principio y el fin.

lunes, abril 04, 2005

Marcos a través del espejo

Algunas veces me entran ganas de romper los espejos, de darles un golpe y dejar que se rompan en fragmentos, olvidarme de los reflejos (los reflejos son mentiras, son una imagen falsa de cómo es la realidad, a menudo ni siquiera sé cuál es la realidad y en algunos momentos simplemente hay varias) y atreverme a enfrentarme a los siete años de mala suerte, concepto pelín suicida que a veces aparenta ser un trato racional, pese a todo. Pese al frío y las ganas de apagarlo, pese al mundo en contra de los huecos, las almohadas compartidas, las noches sin horas, sin plan y sin horario.

Supongo que sería un título divertido, "Marcos a través del espejo", en vez de romperlo hacer un viaje de la mano de Alicia (nunca me has caído bien, chata) y mirar desde el reflejo el mundo que más veces, más tiempo pasa por ser el real, que aparenta ser más sólido y tiene un poco menos de humo, de polvo, de arena. De espejos. De segundos, aunque todos los mundos tienen demasiados. Mirar desde el otro lado, puro voyeurismo masoca, y pedirle a mi reflejado doble, que estaría en la imagen opuesta(haciendo trampas, me imagino), que de un martillazo rompa el espejo, engañarle para que se beba él de golpe los siete años de mala suerte y se quede con un mundo que, supongo, es más suyo que mío, más reflejo que el reflejo.

A ratos, se me escurre en la cabeza imaginarme que me olvido del presente y sus rebotes, al menos de los más cercanos, porque, en realidad, no van a ser más que otro teatro de espejismos, un doppleganger travieso de etiquetas y sin nombre que juega a multiplicarse sin hacerle caso a nadie, pero es lo normal de duplicar las cosas, que se pierde el control de los clones, y nunca se les puede dar la espalda.

Y realmente es una pena, porque yo sólo quería jugar a los pasajeros del autobús al País de las Maravillas, en vez de perderme yo solo en esta mezcla de metro y de Casa de los Espejos en que, sólo la idea de buscar algo sin perderme y darme golpes contra los cristales transparentes ya me parece idiota, ajena e imposible.

Atentamente, sin sombra y sin reflejo,

Marcos (a través del espejo).

5 comentarios:

vane dijo...

Voy a hacer como tú en mi blog, aprovechar que escribes para decirte algo, aunque no tenga nada que ver con lo que has escrito. En este aspecto tú eres mucho más hermético que yo, y este es un buen ejemplo.
Bueno pues ahí va, lanzo mi pensamiento, botella al mar, que dedían en "Oceano Mar", como me gustaba ese programa de radio, para las noches de insomnio y otras rutinas.
Lo que me pasa, es que quiero darte las gracias, aprovechando esta ventanita blanca que me brindas para expresarme. Y porqué te doy las gracias, porque no hay nada mejor que alejarse de las cosas, para valorarlas. Aunque tú no me permitas alejarme de tí, que vivo dividida en espacio y tiempo. He de decir, que esta niña mimada, que tiene la suerte de tener amigos/as muy buenos , y que la quieren un montón, pues empieza a echarlos más de menos, cuando las situaciones no son tan bonitas, y la gente no es tan maja.
Bofetada uno, dos y tres, espabila niña que hay que crecer.
Muchas gracias por no dejarme ir del todo, y por sostenerme tanto.

Anónimo dijo...

Probablemente hay quien pueda decir que no tienes mucho.

Que todo es distancia y ausencia, castillos en el aire que no tienen lugar ni forma, humo que se desvanece, ganas de ella o quizás, simplemente su recuerdo.
Quizás tengan razón.
Quizás lo único que tengas, sea ésa bendita sonrisa en los labios.
No es mucho.
Pero es tuya.


Besos,con sabor a piruleta

rut dijo...

"Todos los días se nos da, junto con el Sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El momento mágico en que un sí o un no puede cambiar nuestra existencia. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana. Pero quien presta atención a su día, descubre el instante mágico. Puede estar escondido en la hora en que metemos la llave en la puerta por la mañana, en el instante de silencio después del almuerzo, en las mil y una cosas que nos parecen iguales. Ese momento existe: un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros".

(De un autor que nunca leerías)

Sigue siempre sonriendo.

Anónimo dijo...

excelente redaccion con minimos fallos inapreciables. La verdad es q siempre q leo algo nuevo de todo lo q has hecho, cada vez me sorprendo mas. Sinceramente creo q estas madurando en tu forma de escribir y cada vez me gusta mas. Y todo esto tan joven. ojala pueda seguir leyendo todo lo q haces. Me encantaria. Sigue asi.


un besiño forte desde tierras castellanas con morriña de Breogan.

Anónimo dijo...

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