Omedeto.
Aprendí la palabra antes de ayer, de boca de un discípulo (así lo llama mi hermano) que se torna, de vez en cuando en el maestro.
Significa "enhorabuena".
Y en español, "enhorabuena" no significa solo "felicidades".
Significa que algo bueno te está ocurriendo en esa hora, en ese momento concreto. En ese día.
Para unos pocos allegados (que ya han llegado, guiño, gueño), hubo una Hora Buena hace poco, momento en el que traspasaron una barrera que pasa del sexto al quinto. A mitad de un camino.
Alguno maestros zen afirman que la mitad del camino es momento idóneo para detenerse. Para pararse a reflexionar. El final del camino está lo suficientemente lejos para tomarnos ese descanso de perspectiva, y el principio queda lo suficientemente lejos como para que nadie quiera dejar de caminar. No porque haya sido fácil, sino porque has llegado más lejos de lo que pensabas cuando empezaste a caminar. El lugar donde te encuentras está más allá del horizonte que se veía al levantar el pie del primer paso. La mitad del camino es una Hora Buena. Debe ser el invierno, y que ha nevado, pero me sentía zen esta tarde. Hay quien se siente poeta del siglo diecinueve, pero no es mi caso hoy. Viejas costumbres que encuentran nuevos corazones que habitar. Viejas prácticas repetidas en personas nuevas.
Nuevos caminantes que recorren un camino ya recorrido por otros, que no están tan lejos.
Imagino que eso es a lo que se refería Lope cuando hablaba de la inmortalidad. Imagino que es a lo que se refiere Hatsumi cuando habla de vida, y budo, y de infinitud.
Sé que es a lo que me refiero yo, que me encantan Los Inmortales.
Bienvenidos a un nuevo trayecto de un camino infinito, chicos.
Omedeto.
En Hora Buena.
Aprendí la palabra antes de ayer, de boca de un discípulo (así lo llama mi hermano) que se torna, de vez en cuando en el maestro.
Significa "enhorabuena".
Y en español, "enhorabuena" no significa solo "felicidades".
Significa que algo bueno te está ocurriendo en esa hora, en ese momento concreto. En ese día.
Para unos pocos allegados (que ya han llegado, guiño, gueño), hubo una Hora Buena hace poco, momento en el que traspasaron una barrera que pasa del sexto al quinto. A mitad de un camino.
Alguno maestros zen afirman que la mitad del camino es momento idóneo para detenerse. Para pararse a reflexionar. El final del camino está lo suficientemente lejos para tomarnos ese descanso de perspectiva, y el principio queda lo suficientemente lejos como para que nadie quiera dejar de caminar. No porque haya sido fácil, sino porque has llegado más lejos de lo que pensabas cuando empezaste a caminar. El lugar donde te encuentras está más allá del horizonte que se veía al levantar el pie del primer paso. La mitad del camino es una Hora Buena. Debe ser el invierno, y que ha nevado, pero me sentía zen esta tarde. Hay quien se siente poeta del siglo diecinueve, pero no es mi caso hoy. Viejas costumbres que encuentran nuevos corazones que habitar. Viejas prácticas repetidas en personas nuevas.
Nuevos caminantes que recorren un camino ya recorrido por otros, que no están tan lejos.
Imagino que eso es a lo que se refería Lope cuando hablaba de la inmortalidad. Imagino que es a lo que se refiere Hatsumi cuando habla de vida, y budo, y de infinitud.
Sé que es a lo que me refiero yo, que me encantan Los Inmortales.
Bienvenidos a un nuevo trayecto de un camino infinito, chicos.
Omedeto.
En Hora Buena.
10 comentarios:
Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.
Nací para puta o payaso,
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil,
-no ser apenas nada en el tablado-,
y sigo entre fusiles y pistolas
sin mancharme las manos
"Viejas costumbres que encuentran nuevos corazones que habitar. Viejas prácticas repetidas en personas nuevas."
Por cosas menos grandes que esa,se enamora una
Menos mal que me lo has explicado por teléfono, porque aunque practique ninjutsu, aunque haya participado en el examen (de alguna manera), aunque sea senpai de ella, aunque te conozca bastante bien diría yo, aunque todo eso, no sabía que estabas contando. Serán los golpes.
Pues nada, enhorabuena a los nuevos cintos verdes, ex-polvo del tatami.
Y un abrazo para tí
Anónima Pequeña, un maestro mago me dijo una vez que no existen los pases difíciles, sólo los que requieren más tiempo para poder hacerlos.
Piruleta: creo que eres la única del grupo de Huídos que sigue en activo en alguna parte. ¿Qué fue de nosotros?
B.V.: muá, y muá, y muá. Yo pensaba que se entendía mejor, jo. Pero un beso, mío y un lametón, de Loki. Muá.
Es probable que no lo haya entendido todo... aunque ya iba sobre (tu) aviso, y supiera que las enhorabuenas también caían sobre mí :) En cualquier caso, lo entienda o no, lo puedo sentir. Y esto de sentir es algo que en este camino que me recuerdas que llevo recorrido estoy redescubriendo. Como me decías ayer de seguir al corazón... las cosas son más claras en el pecho que en la cabeza. Es cierto.
Muchas gracias por todo, Marcos.
:)
Jo, y yo recién levantado hace unas horas desvelado por el mensaje de un amigo, y habiendo dormido poco, he leído esto y no me he enterado de nada... :S
De hecho ni sabía de que hablabas :/ (aunque fuese por que casi ni leía) hasta que me lo ha tenido que decir mi hermana.
Sí, supongo que la hora es buena. Por que la hora es ahora, y el ahora siempre es bueno. O tiene que serlo. O así tenemos que hacerlo :S
Gracias a tí y a todos
Muchas felicidades a todos; desde la admiración: Besos hebraicos.
Voy a felicitar a los TejeBros (y a Ursu!) aprovechando que se me menciona (vagamente) en el texto y que creo que, junto con la paloma mensajera, éste es el único medio por el que aún no les he felicitado ya.
Así pues: Omedeto a todos. Ahora, y por mucho tiempo.
Y un abrazo desde... ¡Valladolid!
La mitad del camino
Ese lugar que quedaba tan tan lejos cuando empezamos a caminarlo, ahora sois aquellos a los que mirabamos y deciamos: "aala".
Enhorabuenas!
Feliz Año =)
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